Wanted


ANDANZAS Y DESVENTURAS
DE NUESTRO SECRETARIO DE REDACCIÓN (REVISTA “ADF”)

Un simple trámite me ubicó hace poco en el Dpto. Central de Policía, y no recuerdo que comentario con el cabo que me atendió, acerca de cine, motivó que él interrumpiera el mismo, tomara el teléfono y me informara que el comisario Rafael Videla quería tener una conversación conmigo.
Al pasar frente a cualquier comisaría mi corazón se acelera, al ingresar a la Central eso aún fue mucho mas pronunciado y ahora al escuchar que tenía que enfrentar una charla con un comisario, desconociendo el motivo, temí el tan comentado paro cardíaco.
Se ahorró el saludo y directamente me llevó hasta una pared donde estaba estampado el volante con que comienzo esta nota (WANTED).
- ¿Conoce a éste sujeto? – me pregunta
Tengo suerte de bajar una cortina y volverme frío ante situaciones peligrosas. Esta vez agregué un plus de actuación demorando la respuesta frente a los identikit de Ezequiel, como si estuviera haciendo un verdadero esfuerzo para reconocerlo y tratar de satisfacer a Videla.
- No, no creo conocerlo, respondí.
- Éste personaje ronda también en el mundillo del cine, agregó el comisario, pero nuestra urgencia por apresarlo es impedir que a la brevedad todas las paredes de nuestra ciudad queden pintadas por el susodicho.
Suspiré aliviado, ¡sólo se trataba de eso! Bueno, creí que con mi respuesta negativa zafaría, pero desconozco si el motivo era que no tenía con quién hablar o simplemente necesitaba descargarse, lo cierto es que Videla comenzó a vomitar sus aventuras de persecución justo en el momento en que suponía me podía retirar de su depacho.
- Cierta vez desplegué una estrategia y casi logramos atraparlo – lanzó, y me obligó a detenerme y simular atención a sus palabras.
- Resultado de unir sus dos hobies: cine y pintura - agregó, se me ocurrió apostar una guardia permanente en el Museo Malba, lugar donde tarde o temprano contaría con su presencia, ya sea por alguna peliculita de su gusto o por las enormes superficies blancas de sus paredes que ejercen un fuerte magnetismo en él para desplegar su grafitomanía. – Y así fue, un día en una función de cierta sociedad de fotógrafos, se hizo presente, pero cometimos la equivocación de no atraparlo en el momento, dejarlo ingresar a la proyección y suponer que tranquilamente lo agarraríamos a la salida. - ¡Crazo error!, será por lo flaquito y ágil, lo cierto es que se esfumó. Hicimos un rastreo enorme por los alrededores sin resultado positivo, y es más, creo que se burló de nosotros al enterarme al día siguiente que había actuado pintando las paredes del túnel peatonal en Av. Libertador a la altura del Zoo, supuesto lugar donde se ocultó al huir del Malba.
Al pronunciar estas últimas palabras, Videla tenía los ojos rojos inyectados de sangre. Pensé, ya se descargó, quedo libre!, Grosera equivocación.
Abrió un cajón y extrajo un grueso legajo; alcancé a visualizar el rótulo: “Expediente García”, lo abrió y leyó: - En marzo de 2001, en Mar del Plata, agentes a mi cargo me alcanzaron una camarita digital de una turista japonesa, que había captado, aunque movida y fuera de foco, la inconfundible figura de García parado sobre una de las tantas empalizadas de piedras enormes al borde del mar con grandes pinceles en sus manos. La fidelidad de ésas porqueritas digitales, nos permitió escuchar lo que murmuraba en ése momento: - “Tanta piedra desnuda y yo sin un tarrito de pintura”. Inmediatamente rastreamos en helicóptero Mar del Plata, sin ningún resultado. Supuse que se abría ocultado en los eventos del Festival de Cine que se desarrollaba en esos momentos. A los pocos días esa idea se me confirmó al observar una foto de García junto a Vilmos Zsigmond invitado extranjero al festival, en una gacetilla del evento.
- Éste Sr. no va a arruinar mi carrera! – bramó Videla, nuevamente con los ojos inyectados. – Me está desafiando continuamente, no se si tiene gente a su alrededor que lo pone en alerta o simplemente su sexto sentido o intuición le permitió hasta ahora zafar, y continuó:
- En un raíd extenso y vertiginoso por toda la ciudad, nos fue esquivando y no sólo eso, dejó su sello en las paredes de cuánto lugar usó de refugio en dicha huída: - 33 Orientales 1106 (San Isidro) – Juan Arzuduy 3277 (Belgrano) - Av. Quintana 325 (Recoleta) – Rocamora 4088 (Almagro), entre otros.




En julio del 2007 continuó, un guardia privado en la esquina de Viamonte y San Martín, notó extrañado que un ascensor de dicho edificio subía y bajaba continuamente con una persona en su interior que nunca descendía y en actitud sospechosa. Llamó al patrullero, pero cuando llegamos, el ascensor bajó nuevamente vacío y su interior totalmente pintado con el estilo inconfundible de este sujeto. Suponemos que huyó por los techos de la Galería Pacífico.
- En esta última muestra de pintura en la Rural, creo que la llaman ArteBa, o algo parecido; estábamos seguros que iba a meter sus pinceles amparado por la presencia de tantos colegas, pero no quisimos armar escándalo por la gran cantidad de gente. En efecto al finalizar, descubrimos una pared con sus trazos y para disimular había colgado un cuadrito sobre ella.
- ¡No sé que lo hizo desviar de una vida correcta! – gritó el comisario.
- Fijesé que es un muchacho preparado, - agregó leyendo el expediente: - Tiene estudios en Bellas Artes, en el Rojas, en el Sindicato de Cine, etc., y ha participado en muchas exposiciones de cuadros y fotografías, pero eso de pintar paredes!!, y continuó: - Podría haber sido como Picasso o un Mona Jiménez, perdón, un Mona Lisa!
Cerró el legajo y me dirigió la mirada; creí que se iba a despedir y quedaba libre. Idea equivocada, nuevamente noté sus ojos progresivamente rojos.
- Cuando descubrimos su refugio en el barrio Saavedra, pusimos un guarda permanente, esto fue entre los años 2005 al 2007. Sabíamos que estaba adentro y no salía. Cuando finalmente asomó de su madriguera, se nos escabulló. Buscando testigos en el vecindario nos confirmaron su alejamiento del barrio con un libro bajo el brazo.

- ¡Querrá creer que a los pocos días me entero que una pequeña librería de Independencia al 3500 le festeja el lanzamiento de : “Llegar a los 30 sin ser detenido” - ¿No interpreta esto como una burla? – me lanza Videla tratando de hacerme cómplice de su bronca, y continúa:
- . . .Recabando información, me entero que la editorial Emecé le había ofrecido un lanzamiento con bombos y platillos en el Ateneo condiscurso y firma de ejemplares. Seguramente por temor a que cayéramos nosotros, prefirió trasladar el evento a “El Gato Escaldado”.
- Cuándo llegamos, ya era tarde, y con que nos encontramos?: su sello inconfundible en una de las paredes.
A ésta altura, obté por consultar continuamente mi celular, demostrando estar preocupado por la hora y relojear si Videla se sentía aludido. Y cuando pensé que había agotado la historia. . .
- ¡Éste muchacho no va a arruinar mi impecable carrera!, - exclamó nuevamente. - Sus agravios a mi persona no han concluido aún!, sin ir mas lejos, los otros días cayó en mis manos una revista de rock con una historieta de García, - ¿A qué no adivina su título?: - “Creciendo en público. . .sin ser detenido”.

- ¿Sabe cuál es el último dato confirmado que nos aportó las cámaras de seguridad de la “Casa Rosada”?, - hizo un pequeño silencio para dramatizar su discurso: - Su presencia girando continuamente alrededor de dicho edificio, cuál turista admirando el famoso predio que albergó a nuestro líderes Perón y Evita, - (al nombrarlos, noté que se le humedecieron los ojos). . .
- . . . y nuevamente confirmamos sus intenciones, cuando los micrófonos ultrasensible grabaron sus palabras de alegría: - “¡Qué bonito color de fondo para desplegar un enorme grafitti!”
- Yo me pregunto, - agregó Videla, si cae con brochas y pintura, ¿cómo piensa eludir cámaras, guardias, granaderos, piquetes, a Castell y a Elías, Madres de Plaza de Mayo, etc. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . No recuerdo a que hora abandoné el Dto. Central de Policía. Por supuesto el trámite de renovación de pasaporte no se hizo y a esta altura pienso que voy a suspender todos los viajes que tenía pensado realizar al exterior, pues no pienso volver a poner los pies en dicho edificio.

Rogelio Chomnalez (adf)