

. . . . .Han pasado 38 años, 1992, Manhattan, New York, exactamente Broadway y la calle 68th, Sony inaugura una enorme sala con un nuevo sistema de origen canadiense: "Imax", y yo tengo la suerte de estar viviendo allí en ese momento, cosa que me permitió ver un par de documentales espectaculares.
El propósito de narrar esta experiencia y los pormenores técnicos, coinciden con el anuncio de la construcción, este año, de una sala similar en Buenos Aires (2da. en Sudamérica).
Esta vez el nuevo sistema "Imax 3D", remplazó los anteojitos de cartón por un pequeño semi-casco. El procedimiento se basa en la proyección alternativa de las imágenes correspondientes a cada ojo, con un proyector doble especialmente diseñado y la visualización mediante gafas con obturadores electrónicos de cristal líquido que funciona a 24 imágenes por segundo. El obturador de los proyectores y de cada ocular, se abre y cierra (es transparente u opaco) 48 veces por segundo, con lo cual se elimina el parpadeo. La sincronización de las imágenes con las gafas se realiza mediante señales de rayos infrarrojos. Recuerdo que antes de comenzar la proyección, un señor se ubicó delante de la pantalla indicando a los espectadores de oprimir un botón verde en las gafas y activar de esta manera el sensor que sincroniza a éstas con la proyección, y aprovechó a deslizar un chiste, o no, diciendo que no olviden al finalizar devolver las gafas a la salida, de lo contrario corren el riesgo de que suene una alarma. . .

La proyección en pantalla gigante, en este caso 19 x 27 mts., requiere una gran estabilidad de la imagen, de lo contrario toda la calidad y resolución fotográfica se perdería y resultaría molesto para el espectador. La clave de esta calidad de proyección Imax, reside en el "bucle rodante" (rollin loop), un sistema de conducción de las películas con extrema suavidad, que a su vez fija cada fotograma firmemente detrás del objetivo con un sistema de vacío, permitiendo además una mayor transmisión de luz en la obturación del proyector. A esto hay que añadir el empleo de dos lámparas de 15.000 watios refrigeradas por agua, y el doble transporte de película con un único rotor, con los objetivos situados uno sobre otro muy próximos entre si. Conste que dicho proyector requiere un service cada tres meses, que asegure su sincronismo y precisión.
En el rodaje se utiliza el fotograma de mayor tamaño hasta el momento: 70 x 50 mm. que medido en perforaciones es definido como un sistema 15/70; y dicha impresión se efectúa sobre negativo 65 mm. en desfile horizontal, es decir el método que anteriormente se aplicaba en el negativo convencional de 35 mm. con cámara recostada llamado "Vista Visión", (me viene a la memoria la hermosa calidad visual del que creo fue el primer film hecho en el sistema: "Para Atrapar al Ladrón" ("To Catch a Thief") (1955) (Alfred Hitchcok).
La superficie de un fotograma Imax es casi diez veces superior a la de un fotograma convencional de 35 mm., y tres veces mayor que uno de 70 mm. En este sistema se emplean dos películas simultáneas: una para cada ojo. Existen dos métodos de filmación: con dos cámaras estándar montadas en un bastidor, o con una especialmente diseñada más compacta y ligera (19 kg. Contra 38 kg.), que dispone de dos objetivos separados unos 70 mm. e imprime los dos fotogramas estereoscópicos en los dos negativos que corren horizontalmente, mediante espejos internos de alta precisión.
Debido a que la pantalla tiene la altura de un edificio de cinco pisos, la disposición de las butacas están ubicadas en gradas muy empinadas, como la platea de una cancha de football.

. . . . . Curiosamente, mientras redactaba esta nota, se estrenó, lo que se dio en llamar una "remake" de "Museo de Cera" (me vi obligado a verla). Resultó una mas de todo el género de terror que nos está invadiendo desde Hollywood, sin la frescura de aquella de 1954 y poco que ver con ella . . . Ah!, al finalizar deja descaradamente abierta la posibilidad de una continuación, así que a prepararse a "Museo de Cera" parte II, parte III, parte IV, parte V, parte VI . . . . .
Rogelio Chomnalez
Revista ADF, Nro. 16 - Agosto 2005