Por tercer año consecutivo el INCAA reúne, en la denominada “La Noche del Cortometraje” en el cine Gaumont, a los mejores cortometrajes ganadores de los mas importantes festivales del país, para competir entre ellos y determinar al mejor del año. Con su triunfo, este se adjudica ser ampliado a 35 mm., incluido en la sección competitiva oficial del próximo Festival Internacional de Mar del Plata, mas tarde enviado a importantes calendario nacional e internacional y proyectado en los espacios INCAA, como complemento de largometrajes de estreno. El último, en el 2005 correspondió a “Medianeras” de Gustavo Taretto (DF, Leandro Martinez), que ya lleva ganado premios en Huesca (España), Guanajvato (México), Uncipar (Villa Gesell), Viña del Mar (Chile), el gran premio del Festival Internacional de Cortometraje de Clermont-Ferrant (Francia) y la medalla de oro del Festival Internacional UNICA en Bélgica. El anterior (2004), “Viaje a Marte” de Juan Pablo Zaramella (fotografía de él mismo). Cosechó 14 galardones internacionales en sólo tres meses; y el primero (2003), “El Guante” también de J. P. Zaramella. ¡¡Tres verdaderas perlas en el mundo del cortometraje!!

Revisando los ejemplares de nuestra revista, descubro que salvo una o dos notas firmadas por Daniel Portela sobre cortos en los que él intervino, hemos descuidado este rubro que esta creciendo en una dimensión geométrica tanto en su producción como las diferentes vías que lo estimulan.
En marzo de 1995, a los pocos días de regresar de mi residencia en USA, se estrena “Historias Breves”. Ser espectador de esas nueve joyitas después de cinco años de ausencia en el país, significó para mí una bocanada de aire fresco y pensé: aquí esta pasando algo nuevo, refrescante. Hoy a once años de aquella fecha se ha confirmado el enorme crecimiento de esta mini-industria. No voy a repetir lo que numerosas notas en el medio se han encargado de difundir, ya conocemos la cantidad de directores actuales de exitosos largometrajes premiados aquí y en el exterior que provienen de aquella fuente. Quisiera ir mas allá haciendo notar que ahora son los canales de TV nuestros y extranjeros los que han echado el ojo a este fenómeno y de diferente maneras comenzado a capturar la programación de los mismos ya sea comprando, organizando festivales, becando o produciendo. Es decir, por primera vez lo que nunca fue considerado comercial y uno tenía que deambular con la latita bajo el brazo rogando donde poder exhibirlo, dio un giro positivo para este rubro de la industria. Pero lo que observo más positivo de este hecho es el estímulo experimental que significan los cortometrajes.

Soy asiduo espectador a cuanta muestra de ellos puedo acceder y en el balance creativo no todo es color rosa. Los buenos son un porcentaje mínimo y a mi entender no pasa por las ideas que si las hay ingeniosas, sino más bien por la falta de autoexigencia. Se que el 80% de ellos provienen de alumnos de las numerosas escuelas de cine, es por esa razón que me permito hacer hincapié en el resultado que espero se interprete como una crítica constructiva. En la mayoría de los flojos o regulares, se percibe que no bien el director tuvo una idea, encendió la cámara. Falta una elaboración a full del guión, un trabajo exhaustivo, una exigencia enorme con uno mismo que conlleva también a poder exigir al resto del equipo y por ende a todos los rubros. En la mas reciente categoría que surgió, me refiero a los cortos de un minuto, estoy seguro por los que he visto, que se piensa que al ser muy breves todo es mas simple. Creo todo lo contrario, la brevedad exige mayor perfección. Aquí comparo con la formación publicitaria donde el cliente paga una suma elevada por treinta segundos que tienen que ser perfectos. Ya sé, van a alegar que con un buen presupuesto es diferente, pero vuelvo a insistir que la mayor carencia esta en el trabajo sobre el guión, lo primordial es agotar el libro antes de encender la cámara. Y ya que me permití comparar con los cortos publicitarios, remarcaría que un storyboard pasa por muchas personas, que en el intercambio y contrapunto agotan todas las instancias creativas y demás, antes de su rodaje.

Curiosamente entre todo lo visto, he notado en el rubro de la fotografía lo mas jugado, como que los DF se han permitido una mayor experimentación y riesgo en aras de la creatividad.
Voy a finalizar esta nota con una pregunta que me hago y aprovechar ahora en lanzarla a los lectores. En todas las exhibiciones de cortometrajes, la programación esta armada con un conjunto de ellos que cubren un determinado tiempo. Es muy raro asistir a la proyección de uno solo. Me ha ocurrido que cuando la trama de algunos pide no solo la atención durante la proyección, sino la reflexión posterior del espectador una vez finalizado, esto no puede ser posible ya que comienza el siguiente. . . Y aquí largo la pregunta: ¿Hay que tener en cuenta este fenómeno cuando se elabora el guión de un cortometraje?
Rogelio Chomnalez
Revista ADF, Nro. 19 - Septiembre 2006